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Pensá, Nene, Pensá!: Massera, viva el cancer, ¿ está bien alegrarse por la muerte de alguien?Y a continuación el comentario que dejé...
Hace tiempo vengo planteando por varios lugares virtuales el tema este de la “justicia”. Lo que se nota son dos cosas, que se relacionan entre sí intimamente.
Una, que por consenso “justicia” equivale a venganza. La cultura del castigo, represión como herramienta de “educación”. Confiscar dinero o posesiones materiales, humillar, impedir libertad o dañar física/psiquicamente, matar, condenar socialmente. Pero jamás logra rehabilitar efectivamente.
“Esta teoría fue abandonada por la mayoría de los pensadores modernos, porque precisamente si a quien causó un mal se lo somete a otro mal, no se soluciona el primer mal sino que simplemente se causa un mal nuevo.”
Ya había un sistema represivo previo (sea este institucionalizado o no, o ambos) con el cuál contaba el condenado. Porque desde su infancia viene “instruyéndose”. Primordialmente en el núcleo familiar, luego en el escolar, social, etc..
Entonces, yo diría más bien q se multiplica el mal, o se potencia. A considerar: se conservan los mismos estigmas y motivaciones que lo llevaron a delinquir o hacer mal, y sobre esta base previa se establece relaciones con las nuevas huellas dolorosas que reafirman y alimentan los conflictos del pasado e irresoluciones internas. El condenado así solo se resiente más, con el plus de no solo ser castigado por las instituciones, sino también por la sociedad (o al menos ciertos consensos) que lo señala, desprecia y excluye. Por esto los resultados no pueden más que demostrar ineficiente la forma enfermiza y consensuada de hacer “justicia”.
La original aspiración del sistema penal/penitenciario era la rehabilitación del condenado, pero evidentemente estamos lejos de ese ideal olvidado. El castigo / represión se plantea "aleccionador". Lo irónico es que tanto banderas de derecha como de izquierda cuando piden "hacer justicia", están pensando exactamente en lo mismo: venganza, no que se lo rehabilite para que se reintegre pacífica y constructivamente a la sociedad.
Por otro lado, se puede ver también, que el lograr “justicia” implica una satisfacción morbosa en ello. Una victimización del que alguna vez fue victimario. Justicia, expresada en la posibilidad de “trocar” los roles. El camino naturalizado por el cuál la víctima puede redimir /purificar su pasado histórico doloroso, volviéndose victimario directo o indirecto de quién lo fue.
Jamás puede producir felicidad consumar la venganza, si un perpetuar, extender y multiplicar ese daño original con el dolor como motor. Porque no existe superación de las propias cargas dolorosas, porque jamás se obtiene paz ni efectiva descarga/catarsis con la consumación de la venganza.
“Ya lo decía el loco Hobbes, el hombre es lobo del hombre, y el odio y la venganza son innatos al mismo.”
El odio y la venganza no son naturales del hombre, aunque si se puede decir que son habituales. Tal afirmación deja por fuera a quienes no someten su vida a tales deseos y necesidades.
El mal no es algo innato, sino algo que se aprende desde la infancia. Entonces uno podría decir que es culpa de los padres. Pero si uno va más lejos, esos padres a su vez fueron hijos que padecieron. Entonces no se trata de que alguien tenga realmente la culpa, sino que es una cuestión de herencias, de cargarse el estigma histórico. Si llevamos esto a lo macro, vemos que los gobiernos instituciones y consensos populares avalan el mal mismo como natural… entonces por qué cambiarían las cosas si esa es la concebida “realidad”?
“Si bien políticamente incorrecto es natural que nos alegremos por el sufrimiento de quienes pensamos que le hacen mal al mundo.”
Acá está justamente el problema de concepciones avaladas por consenso. Políticamente incorrecta la venganza (el mal), porque políticamente correcto es el bien. La pretensión de la política es justamente la “correctitud” dado que se trata del ámbito de las decisiones más importantes para un país y toda su población, que implican una necesaria trasparencia, altura moral, dignidad, veracidad… Pero, evidentemente esto no se cumple, por eso lo “políticamente correcto” es en la realidad efectiva solo una pretensión.
Existe resignación a que la política sea mentirosa, se cae el ideal del bien pretendido, y se naturaliza lo que está mal (como no se sabe como cambiarlo, se resigna, se lo olvida para tratar de evitar el malestar de irrealización). Y por esto es considerada natural la venganza. Pero la “correctitud” es lo natural. Y la política un artificio. Por eso es un error hablar de lo “políticamente correcto o incorrecto”, sino de lo “humanamente correcto e incorrecto”. La política es una herramienta, cuando se convierte en el fin mismo, se pervierte.
Acá podría tratar de explicar por qué motivos es que es natural el bien en el ser humano, pero requeriría que escriba mucho más…
Saludos.