viernes, 17 de diciembre de 2010

Borrando barreras - Conciliación - Integración de aparentes opuestos


Es díficil plantearme acá cómo empezar exactamente, pero suelo encontrarme con un buen comienzo a partir de lo que otras personas dicen, piensan y sienten. Desde el vamos, el Otro resulta una excusa para aportar algo, compartir mis pensamientos, y un intento de no solo conciliar conmigo mismo sino también con ese otro, sea quién sea esa persona. De esto se desprenden dos cosas. Primero, que al principio y al final, es una cuestión exclusivamente personal e individual, del ámbito subjetivo, interno; un lidiar con los propios personajes internos, introyectados, toda una virtual sociedad interna con la cuál armonizar (o pelear degenerativamente). Y segundo, que en la medida que encontré ciertas respuestas que se acercan o refieren a la ley única, puedo ayudar a los demás buscando una alternativa/camino y objetivo primordial a seguir de manera independiente, sin amos.
Surge la cuestión: cómo puedo estar seguro? Porque puedo interpolar libremente, encontrar perfectas analogías entre todas las manifestaciones humanas aparentemente inconciliables, cuando me sincero con las necesidades basales de todo ser humano (y porque sobre todo, soy uno), entendido este como ser excepcional (representante del emerger conciente). Porque en todas las expresiones humanas, todo consenso humano, forma cultural y sus derivados (instituciones políticas y religiosas, amos, líderes, ídolos e ideales), se manifiestan exactamente las mismas cuestiones elementales, dadas por sentadas y olvidadas. La pregunta es, qué comparten todos por igual? Solo desde ahí me es posible encarar esta empresa concialadora e integradora.
Pero, por dónde empezar? Por dónde entrar?

Cuestiones/ámbitos superficiales (por ser manifestaciones de la única enfermedad), política, religión, instituciones, sociedad, salud, educación, seguridad, etc. Todas las ideas y creencias en una trama que se conforma heterogénea, fluctuante, conflictuada, donde reina la discordia, el rechazo y apego, y por eso la búsqueda o esperanza de mejoras. Un consenso en común, que avala formas negativas utilizándolas para luchar contra la realidad y otro.
Entonces, es acá que desde lo macro, puedo ir a lo micro. Un viaje que lleva de lo externo a lo interno, para poder volver a lo externo y comprender las diversas sublimaciones humanas.

Ejemplo: El deseo de “justicia” abre diversas posibilidades que me lleven a hablar en un sentido estructural, vasto, y en eso dar a conocer la explicación del por qué de la irrealización, y así revelar/sugerir la posible la solución.

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