viernes, 17 de diciembre de 2010

Necesidad de Justicia / Hacer "Justicia"


Forma avalada por consenso > Castigo, Condena, Humillación > Venganza > Deseo que el otro padezca un análogo al propio sufrimiento, multiplicado (condena social, pérdida de libertad, castigo físico / psíquico) >>

1) Perpetuar de relación víctima / victimario. Quien fue víctima pasiva, desea trocar el rol volviéndose victimario activo, o en su lugar ver a ese victimario siendo pisoteado. Tener la posibilidad de disfrutar como éxito la venganza sobre ese Otro… así como ese Otro alguna vez supuestamente disfrutó por ello. El victimario representa la autoridad y lugar privilegiado.
Irrealización del Amor: ligado a un dolor inicial de desvalimiento frente a una autoridad que ni oyó, ni vió, ni comprendió la necesidad del sometido, la persona del mundo suele recurrir a la misma lógica, intentando olvidar, tapar, y corregir de alguna forma el sufrimiento del pasado (el fracaso del Amor)… validando en el hoy lo que padeció, adoptándolo como respuesta y reacción. Como no comprende por qué ese Otro lo humilla y victimiza, solo se resiente: deviene resentido al igual que el victimario. Eventualmente esta persona toma la misma posición autoritaria frente a alguien o algo más, considerado antagónico, y repitiendo así la misma historia. Todos ignoran, que lo que padecieron es en mayor o menor medida lo mismo que padeció ese Otro victimario / enemigo. Existen los matices, diversidades, levedad o gravedad, pero en un sentido vasto, profundo y único, es lo mismo.

2) En esta guerra subjetiva contra el victimario, ese Otro antagónico puede representarse bajo diferentes formas. Pero se dan simultáneamente, porque en base se trata de lo mismo.
Como el virtual y primario victimario / enemigo, directo, al cual se teme primero, y también se puede desear destruir, adoptando las mismas formas destructivas / represivas que aplica. Ese Otro antagónico puede también estar solamente representando algo que para el sujeto es cuestión de conflicto interno: algo que ponga en duda el propio sistema de creencias, que lo deje mal parado y evidencie falta de seguridad real en sí mismo. Entonces ese Otro deviene antagónico y objeto de ataques simplemente por dejar en evidencia las propias miserias, defectos y debilidades. Se defiende de un Otro, pero siempre responde a su propia irrealización y consecuente inseguridad.
Lo que se busca destruir en el otro, es fundamentalmente el ego, la autoestima... busca dejarlo desamparado, desnudo, vulnerable. Sea para ponerlo por debajo, o a la misma altura logrando así eludir (aparentemente) el horror a la irrealización personal. Un intento de nivelar lo externo a medida de lo asumido: la propia subjetividad como “certeza” y “realidad”.

3) La verdadera motivación de la compulsión del victimario: el deseo de destruir y dañar al otro no es más que una tentativa de volver a esa escena pasada de irresolución. Un reencuentro con el Otro, una aparente nueva chance. El regreso al momento de irrealización, el amor truncado, en un esfuerzo por remendar el pasado, de purificarlo… pero al ser ese dolor el motor de la búsqueda, por ser ese dolor parte de la identidad adoptada por parte del sujeto, es que se “espeja” (se disocia) y deviene victimario para, por un lado, desentenderse de ese dolor y, por otro, ponerse en ese lugar para comprender a ese castigador incomprensivo, recreándolo, actuándolo. Es un intento conflictuado, fragmentado e inconducente de integrarse con el otro odiado. Es por esto, que las personas al lograr “justicia” (consumación de la venganza y castigo “purificador”), suelen no solo no lograr des-hacerse de ese dolor inicial, sino que aumenta, y se incrementa el resentimiento y esa frenética búsqueda de “justicia”. Desde el principio se buscan subrogados de ese enemigo inexistente e inalcanzable.

Siempre se trató de algo individual e interno.

Estos tres primeros puntos trataron de un plano sobretodo individual, claramente subjetivo, en el q se troca el papel de víctima por el de victimario, en un desconocer que comparte las motivaciones profundas con ese instituido enemigo.
Es claro entonces, lo que se da a nivel inter personal y social, cuando el resentimiento y deseos de “justicia” (venganza) son moneda corriente. Por consenso formas avaladas de relacionarse con las personas, tratadas en definitiva con mucho resguardo, prejuicio y timidez, dada la necesidad de defenderse de las faltas e incapacidades asumidas.
En un sentido justo, nadie es culpable, pero todos son responsables en la continuidad del mal en el mundo. La enfermedad única es naturalizada, dada por sentado como un rasgo de la humanidad. Una “realidad” avalada por su reproducción masiva a lo largo de toda la historia.

*plano de relaciones sociales pendiente a desarrollar*

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