sábado, 7 de enero de 2012

experiencia y sabiduría

Una cosa es la experiencia y el conocimiento resultante, y otra la sabiduría. La primera se desenvuelve en el plano temporal/espacial, que no es más que el devenir continuo de cambios sucesivos y contrastes. La Sabiduría no es el amplio conocimiento enciclopédico que uno pueda tener, sino la capacidad de articular e integrar toda la experiencia personal, o mejor dicho, de superar todo matiz y extremo. En definitiva, la experiencia es inevitable por ser parte de la existencia carnal y material.

Alguien pudo haber experimentado mucho, y sin embargo no saber utilizarlo "bien". Alguien pudo haberse concentrado y sobrevalorando un área determinada de la experiencia, desestimando y relegando otras, obteniendo apenas alguna técnica y limitados usos.
Se pueden tener pocos elementos -poca "cultura"-. Es posible incluso
ser analfabeto. Pero en sí nada tiene que ver con la Sabiduría. A lo sumo, la culturización brinda una suerte de trama de contención relativa, sobre todo cuando responde al "acuerdo" social.
Es una idea muy difundida el tomar por necesario el culturizarse, ideologizarse o cualquiera de sus variantes y derivados... y sin embargo, es algo que inevitablemente ocurre, porque continuamente estamos experimentando y adoptando formas, expresiones, símbolos. La relación que se establezca con ese conocimiento, es algo muy diferente.
Yendo a lo basal y compartido por todos los seres humanos, y expresándolo lo más simplificadamente posible: alguien puede estar enturbiado y conflictuado, por más conocimientos que tenga. Es así como esta persona "contamina" su propia expresión y re-producción cultural. Contamina su relación con los demás, y todo su juicio es prejuicio. Pero no es problema de alguna cultura o ideología particular. En todos los casos, una cultura más o menos enfermiza es el resultado del conflicto psicológico personal de cada integrante del consenso.

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